Alzando globos y banderas blancas, miles de personas marcharon por tercera vez en Colombia el jueves, en favor de la paz y el mantenimiento de un acuerdo con la guerrilla de las FARC que fue rechazado en un plebiscito.
«Porque el pueblo lo merece, los acuerdos permanecen», «Colombia está en las calles, luchando por la paz», coreaba una muchedumbre de unas 10.000 personas, que marchó por el centro de Bogotá para expresar su hartazgo ante una guerra fraticida que ha azotado al país desde hace más de medio siglo.
Precedida por un lienzo que decía «Por todo lo que nos une y contra todo lo que nos separa», la marcha, alegre y colorida, fue organizada por iniciativa de estudiantes.
«No es de izquierda, no es de derecha. Nada de eso. La paz es un pedido de todos», declaró a AFP Paz González, de 34 años, estudiante de educación comunitaria y derechos humanos, cuya voz fina se esforzaba por dominar el ritmo de las flautas y tambores.
Han surgido diversas iniciativas en favor de la paz en las últimas semanas en el país. Este jueves se trataba de la tercera manifestación de envergadura desde el plebiscito del 2 de octubre sobre el acuerdo de paz negociado durante cuatro años por el gobierno con la guerrilla marxista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
«Marcho para apoyar a los jóvenes porque todos queremos la paz. No queremos que se interrumpa este proceso que ha costado tanto esfuerzo económico, tanto tiempo. No queremos ni una bala más, no queremos que se pierdan más vidas de niños», explicó Orlando Solano, un empleado de 57 años que portaba una foto de una niña mirando a través del impacto de una bala en un vidrio con la consigna #AccionesPorElAcuerdo.
Las primeras manifestaciones por la paz tuvieron lugar en una docena de ciudades tres días después de la votación, marcada por una abstención récord de más del 62% en la que ganó el ‘no’ al acuerdo, para sorpresa general, por una ajustada mayoría de 50,2%.
Luego, el 12 de octubre las ‘Marchas de las flores’ congregaron a decenas de miles de personas, entre ellas a más de 50.000 en Bogotá, encabezadas por indígenas de las regiones más golpeadas por el conflicto que, a lo largo de cinco décadas, ha implicado a guerrillas de izquierda, paramilitares de extrema derecha y las fuerzas armadas, dejando más de 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
El presidente Juan Manuel Santos, cuyos esfuerzos de paz le valieron el premio Nobel el 7 de octubre, multiplicó las reuniones con diferentes sectores de la sociedad colombiana, y declaró el jueves que «frente al clamor ciudadano, vamos a trabajar a toda marcha para lograr el nuevo acuerdo» con las FARC.
Al observar la marcha desde la acera, Alberto Corzo parecía escéptico. «Esas marchas son simbólicas. La paz no se logra con marchas, ni con banderas, ni con flores. La paz se logra con más justicia social y menos corrupción», dijo este hombre de 68 años.
Mientras los colombianos también se manifestaban en otros lugares, entre ellos casi 3.000 en Medellín, feudo del expresidente derechista Álvaro Uribe, el principal opositor al acuerdo, la marcha de Bogotá alcanzaba la Plaza Bolívar, en el centro histórico de la capital.
Allí había decenas de enormes fotos de militantes del partido izquierdista Unión Patriótica asesinados tras un anterior intento de paz en los años 80. No lejos, unas muchachas alzaban fotos de desaparecidos mientras coreaban «¿Dónde están, dónde están? Que nos digan dónde están»
