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Consejos para combatir el insomnio

Según estimados del Centro Nacional para la Investigación de los Trastornos del Sueño, de los Institutos Nacionales de Salud, del 30 al 40% de los adultos dicen que tienen algunos síntomas de insomnio en un año dado y alrededor del 10 al 15% tienen insomnio crónico.

De hecho, las quejas relacionadas con el sueño son la segunda causa, después del dolor, para buscar atención médica, señala la especialista en medicina interna y bariatría, Anibelle Altieri, quien cree que si estas quejas no se tratan son un peso enorme a nivel personal y económico para la sociedad.

Y es que, ya sea por el estilo de vida, horarios de trabajo, enfermedades crónicas, preocupaciones o, simplemente, por malos hábitos, el buen dormir se ha convertido en un sueño inalcanzable para muchos. Algo que, según advierten los expertos, tiene consecuencias directas a la salud.

Algunos estudios han encontrado que la falta de sueño en jóvenes y adultos saludables disminuye su habilidad para regular los niveles de azúcar en la sangre e incrementa el riesgo de padecer diabetes tipo 2. También se ha establecido una conexión entre el insomnio -dificultad para iniciar o mantener el sueño nocturno- y la obesidad. Además, se ha relacionado con hipertensión, enfermedades cardiovasculares, depresión y ansiedad.

A ese panorama se suma el efecto que tiene el insomnio durante el día. Desde cansancio diurno, pobre rendimiento en el trabajo o accidentes de tráfico, hasta malhumor, disminución de las capacidades de concentración y de memoria, así como mayor tendencia a desórdenes de tipo nervioso. De ahí la importancia de que, si padeces de insomnio o de algún desorden del sueño, busques ayuda profesional para una evaluación médica completa, descartar enfermedades y decidir qué tipo de tratamiento se debe seguir.

No obstante, los expertos también enfatizan en que la primera línea de tratamiento debe ir dirigida a modificar hábitos y estilos de vida que interfieren con el buen dormir. Por ejemplo, hacer ejercicios y llevar una dieta saludable y balanceada. También puede ayudar utilizar técnicas de meditación y respiración profunda. Por eso recomiendan que se debe analizar con mucha precaución y paciencia cada caso de insomnio para determinar cuál es el mejor tratamiento a seguir.

  • Modificar hábitos
  • Establece rituales que te ayuden a relajarte antes de ir a la cama. Por ejemplo, un baño tibio, una merienda liviana o varios minutos de relajación para apartar de la mente pensamientos que no te permiten descansar.
  • No te acuestes a menos que tengas sueño ni trates de obligarte a dormir. Si luego de acostarte no te has dormido en 20 minutos, levántate de la cama. Busca hacer algo que te haga sentir relajado. Si puedes, lo haces fuera del cuarto de dormir y solo vuelve cuando tengas sueño.
  • Saca el televisor, el radio y la computadora fuera de la habitación.
  • Evita las comidas fuertes antes de ir  a dormir. Puedes ingerir alimentos como la leche tibia o la carne de pavo que contienen un inductor natural del sueño llamado L-triptófano.
  • Evita las bebidas con cafeína antes de irte a la cama. Y trata de no consumirla después del mediodía ya que eso te mantendrá despierto. No tomes bebidas alcohólicas ni fumes antes de acostarte.
  • Establece un ambiente calmado, oscuro y cómodo que no sea ni demasiado cálido ni demasiado frío.

 

 

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