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Por más de dos décadas han sido propuestas iniciativas para sanear ríos Ozama e Isabela

Sin que las autoridades le hayan prestado atención

Santo Domingo, RD.- Por más de 25 años ambientalistas e instituciones han presentado proyectos para el saneamiento de las cuencas de los ríos Ozama e Isabela, sin que las autoridades le hayan prestado atención.

No han sido ni uno ni dos, sino decenas las veces en la que por más de dos décadas y media han sido propuestas iniciativas de saneamiento ambiental del Ozama e Isabela.

-En 2009, el Ayuntamiento del Distrito Nacional anunció que sanearía estas cuencas con ayuda comunitaria y cooperación internacional.

-En 2011, la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo firmó un contrato con una firma española para la construcción de una planta depuradora de aguas residuales que descargan en el Ozama.

-En 2012, empresas localizadas en los alrededores del Ozama anunciaron que invertirían RD$ 70 millones para sanear el Ozama.

-En 2014, el presidente Medina conformó mediante el Decreto 260-14, una comisión para rehabilitar, sanear y preservar la cuenca Ozama-Isabela.

-En 2015, autoridades realizaron una jornada para limpiar un tramo de 12.5 kilómetros de ribera de estos dos afluentes.

-En 2016, Medio Ambiente mediante la resolución No. 13-2016, prohibió desguazar barcos en sus riberas.

-En 2017, la Fundación Internacional Waste Free Oceans en coordinación con diversas instituciones lanzaron el plan operación castor.

A la fecha no existe un estudio que determine los altos niveles de contaminación generados, ni un plan integral de parte de las autoridades municipales para el manejo de los residuos sólidos al margen de estos ríos.

En tanto, Brigadas del Ministerio de Obras Públicas por quinta día consecutivo continúan los trabajos de limpieza en las aguas del Malecón de Santo Domingo.

Diariamente en los ríos Ozama e Isabela son vertidas entre 100 y 125 toneladas de basura, siendo las cañadas las principales contaminantes de las aguas residuales por donde las empresas vierten sus químicos, hasta desembocar en el Mar Caribe.

Por Suzan Castaño

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